martes, 1 de marzo de 2011

Four Stages Of Sleeping With You

Dormir sola en mi cama gigante mientras te sueño y te disfruto en un mundo irreal, el único del que dispongo, porque en el real no existes, y como soy la directora del sueño, te imagino como quiero, y te hago sonreírme, besarme, acariciarme y volverme a besar, y paso de estar desmayada de placer entre las sábanas a estar en la oficina, haciendo un documento en Powerpoint que he de terminar urgentemente, pero me convocan a una reunión imprevista donde la cajera de la cantina habla sobre presupuestos, y me hallo en una tienda comprando algo para cenar, pero a la salida me espera un taxi y me lleva al aeropuerto, donde una azafata me recibe en su despacho y allí abro mi portátil y le explico el  documento proyectándolo en la pista de aterrizaje, y ella, contenta, me guía por un pasillo con alfombra roja que desemboca en la cafetería del hotel, y el camarero que veo cada mañana me premia con un muffin inglés y un donut, y apareces en escena de nuevo, para comer la mitad de mi premio, y subir después a mi habitación a seguir besándome y alimentándote...
 

Dormir contigo... y jugar con mi respiración, mientras siento la tuya en mi cuello, para hacer resbalar tu mano, que reposa abandonada en mi cintura, y hacer que arribe a parajes más cálidos, arquearme y abandonarme al placer que me provocas, y tener la excusa para volverme y buscar traviesa tu boca, para beber de ella ávidamente hasta calmar mi sed, interrumpiendo tus sueños, viviendo los míos, y buscar aventuras bajo las sábanas, mientras las risas y los jadeos se pierden en la habitación...
 

Dormir en la misma cama que tú, cada uno en su mitad, aguantando tus ronquidos y ya desesperada de probar sin éxito el tsché, tschssé, a ver si te das cuenta y cambias de postura, decido moverte un poco, logrando como recompensa un lindo gruñido y un silencio "ronqueril" de sólo unos minutos, porque vuelves a la carga no más caes de nuevo en la profundidad del sueño, pero me pilla afanada en recuperar mi calor y estiro con fuerza del edredón que en tu maniobra de giro llevaste contigo, dejándome con el culo al aire, y la situación no tiene nada de romántica, porque me voy a resfriar y no estamos en una aventura de esas en que duermes al raso con el cielo estrellado como techo, pero ruedo amorosa hacia tu zona y me pego a ti, con mimo, para acurrucarme y calentar mis pies, y al abrazarte recupero el sueño...
 

Dormir temprano, porque nos entra el sueño enseguida y la tele es más de lo mismo, y nuestros ojos se cansan de leer a estas horas. Ir contigo hacia la habitación y entrar cada uno por su lado de la cama, y reunirnos de nuevo dentro, como hemos venido haciendo cada noche de los muchos años que llevamos juntos. Tú, durmiendo con doble almohada, porque si no, respiras mal; yo, con una bajita, para que la espalda no me duela. Juntos, al poco, en el centro de la cama, para darnos el beso de buenas noches y poder cada uno coger la mano del otro y acariciarla, sintiendo que está ahí y saber que todo está bien...

2 comentarios:

  1. Qué bonito!
    4 etapas!
    Cada una... en su momento...
    revalorizando las demás.

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  2. ¡Gracias, Kike! Dormir siempre es un placer, pero está visto que con buena compañía siempre es mejor :)

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